top of page

¿Democráticamente la cultura política existe como un ente total y validado en su fragmentación?

Las estructuras de poder fragmentan la legitimidad de la democracia, la envuelven en una red conectada en cada uno de sus puntos con sueños utópicos. Imaginando en un máximo de lo posible concretar la realización de un Estado que vele por el bien común de cada uno de sus gobernados.

Dentro de los Estados los actores políticos tienen la obligación de promover como director de orquesta la socialización armónica, elaborar leyes para necesidades ilimitadas, sin margen de error gobernar un país, esto implica igualdad (género, preferencias sexuales y de política, creencias religiosas y una igualdad que facilite el incremento económico para cada individuo del país), ser abstemios a gozar los emborrachamientos de poder, no pecar como funcionario público bajo la santa escritura denominada Constitución.

En sistemas políticos como el mexicano, que ama exaltar lo populista, grillero, paternalista y encubrir sus ineficacias; fabrican ciudadanos con chip´s que no incluyen un software de democracia. Dan paso a manifestaciones de rencor silenciadas con indiferencia. Quiere decir que los mexicanos son cómplices en la forma cirquera como son gobernados. Divagan en definir como debe ser un gobierno democrático, pacifista o enamorado de sus habitantes. Señalan al corrupto y sus fallas, pero no poseen conocimientos que expliquen un Estado de Derecho, eso solucionaría la malformación política de México. Confiándose en su propia suerte.

La “Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas 2012. ENCUP 2012”, realizado en ese mismo año por la misma Secretaría de Gobierno (SEGOB), revela la forma en como los ciudadanos mexicanos interpretan su realidad, con una moldeada ignorancia. Revelan la inconformidad con sus actores políticos. Apuntan la corrupción y son amigos íntimos de las bufonadas políticas.

Sus herramientas para conocer y jerarquizar sus creencias es en base a pensamientos propios de empresas televisivas chayoteras, poderes eclesiásticos o los pensamientos de sus mismas familias. Caminan con las costumbres de sus antepasados. Un ejemplo claro es pensar que la única forma en como completan una absoluta idea de hacer sonar un pueblo democrático es por medio del voto, escoger a los siguientes representantes cada trienio o sexenio es la genuflexa para que la igualdad exista.

Gobernantes vienen y van. Algunos dejan marcado su paso con vaciladas y chistes banales como manejan sus dependencias. Los mexicanos aprueban el error, lo sentencian como humano. El dinero pasado por debajo de la mesa para aumentar el grosor de la billetera de los gobernantes es aceptado si complementan una felicidad en los rostros del pueblo. Es comprobado con esta encuesta hecha en el 2012. Diez personas en un total de cien entrevistados afirman estar completamente en acuerdo con esta teoría, treinta y cuatro están nada más en acuerdo, las otras treinta y cuatro no lo están, veinte en total desacuerdo y un diminuto de dos personas no les interesa para nada el tema. Un cuarenta y cuatro por ciento, siendo mayoría pretenden ser felices sin importar de los métodos, en casos extremos inhumanos.

La ley fundamental de la democracia apunta un desarrollo económico sustentable. Sin dinero dentro de las chequeras del país no se pueden realizar los sueños. La encuesta arrincona a los entrevistados bajo las cuerdas. Cincuenta y un personas prefieren desarrollo económico que una democracia, veintiuna personas anhelan más una democracia, veintisiete las consideran igual de importantes y a dos les da lo mismo. La economía y democracia van ligadas como hermanas. Pueden existir formas autoritarias de incrementar la bolsa financiera de los países. Dejando el libertinaje del ser para convertirlo en esclavo; es claro que así se rompen los derechos de los individuos, por lo tanto no se finiquitaría una democracia.

Esto lleva a otra interrogativa. Siguiendo las estadísticas de la encuesta los mexicanos aluden en un veintiún por ciento la forma que sea, ya sea autoritario, en dictaduras o cualquier concepto que lleve a forjarse como Nación. Un cincuenta y ocho por ciento prefiere la democracia. A pesar que es menor el total de personas que prefieren un autoritarismo, es señal de alarma. No conocen hacía donde quieren dirigirse.

Contando los tres últimos párrafos, que arrancan fragmentos de preguntas y dan ideas claras de la cultura política de los mexicanos soluciona, en parte como desean un Estado. Los gobiernos interpretan las realidades, sin necesidad de consulta popular y formulan leyes y reformas para cada nueva era de gobierno. Lo máximo de lo posible no llega a un bienestar común. Parece no interesar en el andar diario de los mexicanos ser compactados bajo las leyes establecidas cada sexenio o trienio. Los que deciden levantar la voz son pocos, se requeriría de toda la población para hacer inestabilidad.

Se prefiere confiar en empresas o personas alejadas, por su aparente cargo del Gobierno. Padres de la iglesia católica parecen ser las personas con el mejor remedio para ser escuchados. Los que tiene mayor relevancia dentro de la encuesta son los médicos. Los políticos o el mismo Presidente queda debajo de instituciones como el INE, CNDH o la misma televisión. Es escalofriante que lo dicho por programas de televisión, noticieros o personajes sin rango o estudios básicos en cualquier arte de política sean vistos como los chamanes portadores de la verdad total.

Curioso ver las primeras preguntas de dicha encuesta y fundamentar un hecho: “¿Qué tan complicada es la política para usted?” y “En general, ¿qué tan interesado está usted en la política?”. En la primera cuarenta y nueve personas, sumando otras treinta y seis declaran que se les complica la política. En la segunda sesenta y cinco personas les interesa poco la política y a unas diecinueve personas para “nada” les importa. Trivial es analizar en los mexicanos cuando afirman vivir o conseguir una democracia. No conocen de ello. Creen estar iluminados cuando votan “bajo conciencia” y con ello alzar una pirámide como la de Babilonia para tocar el cielo.

Al final de la encuesta la gran mayoría se sienten orgullosos de ser mexicano.

La cultura política del mexicano seguirá siendo manejada por las oligarquías idas y por venir. Se siguen resucitando a muertos despostas. Se prefiere la salvación del alma bajo alguna fe religiosa. Las vulgaridades son idioma y verbo. Un espíritu santo con facha de héroe que implante una verdadera democracia es asesinado con preferencias en conseguir felicidad. Siguen sin querer informarse. Gracias a eso la democracia seguirá siendo sin ser una cruz que es la espada invertida para la liberación del hombre. Y el Estado en seguir satisfaciendo sus deseos y caprichos bajo la mirada perdida de la población.


Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
No hay tags aún.
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page